Gran fiesta del rugby navarro la vivida hoy Arazuri, donde La Única se ha impuesto por 33 a 14 al Iruña Rugby Club en un vibrante partido, correspondiente a la tercera jornada de la Segunda Fase de la Liga Vasca, marcado por las alternancias en el juego y el mayor acierto en los metros finales del conjunto local.
“Empanada local” para empezar.
Posiblemente motivado por la tupida niebla que se cernía sobre el nuevo domicilio de los de La Peña, éstos salieron muy espesos al terreno de juego, circunstancia que aprovecharon los chicos de Patxi Munguía para lograr el primer ensayo del choque y ponerse por delante en el marcador (0 – 7).
Este aldabonazo en forma de marca “despertó” de su letargo a La Única que comenzó a carburar, se hizo con el mando de las operaciones y empezó a frecuentar la “línea de 22” visitante. Fruto de este dominio llegaron dos ensayos para dar la vuelta al marcador y sumir al Iruña en una fase plagada de imprecisiones en la que no consiguieron reconquistar el terreno perdido.
Con el 14 a 7 en el marcador se llegó al término de la primera mitad.
Dominio alterno también en la segunda mitad.
El segundo acto se estrenó con los actores desempeñando los mismos papeles: El Iruña, sin encontrar con la tecla que le hiciera recobrar las sensaciones del comienzo del encuentro y La Única dominando las operaciones e imponiendo en todo momento su juego. Un nuevo ensayo local corroboró este guion y ensanchó el luminoso hasta el 21 a 7.
Parecía que los “buitres” iban a “acorralar a los jabalíes”, pero éstos sacaron a relucir la casta y reaccionaron para dar un vuelco al partido y recobrar el control. Los “verdes” fueron ganando metros, haciendo recular a la escuadra local, que no pudo evitar la segunda anotación forastera, adornada por la transformación de la patada a palos, para estrechar el marcador hasta el 21 a 14, que ponía al Iruña “a tiro de ensayo” y disfrutando de sus mejores minutos.
Pero hete aquí que el choque iba a dar un nuevo vuelco (para variar) y los de casa regresaron por sus fueros anteriores al ensayo rival, para recuperar el sitio extraviado y la iniciativa en el juego. Así llegaron los dos últimos ensayos y una transformación, que movieron el tanteador hasta el 33 a 14, que ponía las cosas muy cuesta arriba a un Iruña muy fatigado y lastrado por las bajas.
De aquí al final del encuentro La Única se limitó a controlar el juego y aguantar las tímidas embestidas de los forasteros que continuaron dándolo todo pero sin excesiva profundidad.
Al final el numeroso público presente en las Piscinas de Arazuri agradeció el esfuerzo llevado a cabo por todos los jugadores y les obsequió con un caluroso aplauso que puso el broche de oro a un entretenido partido de rugby, el último que los nuestros disputarán en 2012.