El pasado domingo 17 de enero se disputó en las instalaciones de la Universidad Pública de Navarra, la cuarta jornada del Campeonato de España de Selecciones Territoriales – Grupo A, donde se enfrentaban los combinados forales y sus homónimos de la Comunidad Balear.
Para ambos este choque era trascendental. Hasta la fecha, las dos selecciones habían transitado de manera paralela por la competición, en la que contaban todos sus partidos por derrotas. Así las cosas, el equipo vencedor se aseguraría la permanencia en la máxima categoría estatal y el perdedor se vería inexorablemente abocado al descenso.
El primer encuentro de la mañana, puso sobre el pasto natural del coso universitario a las escuadras Sub 18, con las apuestas más favorables para los forasteros cuyas derrotas en las anteriores citas de torneo fueron más ajustadas, habiendo colocado seis ensayos en su haber por tan sólo unos los navarros. Así las cosas, el conjunto insular cumplió los pronósticos y se impuso con facilidad a los navarros, que vendieron muy cara su derrota y no cesaron en su esfuerzo hasta lograr el ensayo del honor para dejar el luminoso en el 5 a 62 definitivo.
Acto seguido fue el turno de los Sub 16, donde la trayectoria de ambos equipos fue más pareja, con derrotas abultadas para ambos en las tres jornadas anteriores, por lo que los técnicos navarros consideraron que en esta edad se podría disputar el partido e incluso pensar en la victoria.
De inicio la lucha fue continua, el juego más técnico del XV balear contra el pundonor foral que resistía las acometidas forasteras e intentaba con ahínco la marca. Así, el primer ensayo forastero registrado en el minuto cuatro de juego fue neutralizado cinco minutos después con la anotación de Millán Lera.
Pero el arrojo y generosidad en el esfuerzo de los “terneros navarros” no fue suficiente, la escuadra balear, muchísimo más conjuntada al trabajar todo el año “alistados” en un centro de alto rendimiento, se aprovechó de tres despistes locales para lograr otros tantos ensayos y poner tierra de por medio en el tanteador, colocando el 7 a 28 con el que finalizó la primera mitad.
En el segundo acto, la arenga de Josemi Cantabrana se dejó notar en el pecho de los jugadores navarros que se encomendaron al popular dicho: “de perdidos al río” y salieron decididos a no interpretar el papel de comparsa en el concierto balear. El XV rojo tiró de orgullo y se lanzó hacia el campo rival con “ansia vikinga y furia visigoda”, acogotando a los insulares en su 22. Gracias a este esfuerzo lograron dos ensayos que apretaron el tanteador hasta el 17 a 28, dígitos con el que finalizó la contienda.
Con toda seguridad esta derrota acerca a nuestros equipos al descenso a la categoría B, pero también deja una cosa muy clara y es que lo único que nos separó de la victoria el domingo fue los mayores medios (humanos y económicos) con que cuentan nuestros rivales. Si Navarra participara de las mismas condiciones que el combinado balear, sin duda alguna otro gallo hubiera cantado.
En este enlace puedes ver unas cuantas fotos de ambos partidos
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