Bajo estas líneas podréis leer la crónica que nos envían las chicas de La Única de su partido del domingo pasado en Fadura ante el Getxo RT, el domingo 17 de febrero a las 13:00 horas.
Getxo RT 91 - La Única RT A 0
Primera Jornada de la Segunda Fase de Liga Vasca: 0 puntos.
Incontestable victoria de Getxo ante un equipo que solo pudo mantener el tipo durante los primeros minutos, viéndose superado en todas las fases en juego abierto.
El partido comenzó con mucho calor. Getxo a base de buena presión defensiva fue encerrando a La Única en su campo, esperando cualquier error para recuperar el balón. Con jugadoras muy potentes, La Única debía invertir dos efectivos para parar los relances de las delanteras locales, se producían desajustes defensivos y tras varias fases, los errores en placajes producían los espacios para las anotaciones.
La Única intentó no perder la cara al partido, pero era complicado alterar la dinámica. La pelota duraba muy poco en manos de las verdes, justas en las abiertas donde bien debido a la mala defensa en los rucks, o a errores disciplinarios, se perdían balones incomprensibles. Se intentaba poner voluntad, ánimo, alma, pero enfrente había un equipo mucho más agresivo, peleón y con las ideas bastante más claras. Un equipo más hecho.
Tras la arenga en el descanso, La Única salió a defender su imagen, pero con balón no salió nada, y ellas, por el contrario, anduvieron más acertadas en los pases en comparación a la jornada anterior. Un juego previsible pero efectivo. Relanzar a una plataforma absorbiendo mucha defensa, mucha delantera, y salto a la primera centro para la zaguera. Con espacio, a correr. Esta jugada se vio una y otra vez, sin que la defensa subiera, y en inferioridad en la mayoría de las ocasiones. El único aspecto donde La Única mejoró notablemente y le ganó la partida a las amarillas fue en las fases de conquista, melé y touche, acciones muy favorables a los intereses visitantes, con una línea de trabajo ascendente.
Fue un partido de defensa donde fallaron dos aspectos claves, la presión y la recolocación. No se subía a agobiar, a frenar a una delantera que con metros arrastraba a varias jugadoras, y, como segunda circunstancia, Getxo logró cerrar al equipo navarro cerca de cada punto de encuentro, no estirando lo suficiente, no haciendo el esfuerzo físico que supone recuperar la posición y provocar el una contra una, con sus asignaciones correspondientes. Afuera, con una jugadora menos durante los últimos veinte minutos, se erraba en placaje y se facilitaba la labor a las locales.
La actitud fue buena, se dio lo que se tenía, pero no fue suficiente, no se estuvo a la altura. Fue un duro correctivo, demasiado castigo para el trabajo que se viene desarrollando, pero todo tiene su lectura positiva. Fue un fin de semana donde La Única jugó con dos combinados en sus respectivas ligas; jugadoras muy jóvenes que auguran un gran futuro al rugby femenino navarro.
A lamerse las heridas y seguir trabajando.