La primera referencia documentada de la Presa de Santa Engracia data de 1227, apareciendo en todos los planos históricos de la ciudad de Pamplona.
Es más antigua que la Catedral y que la Ciudadela y forma parte indiscutiblemente del legado histórico y humano de Pamplona.
No restaurarla supondría una gravisima pérdida patrimonial para la ciudad.