Ayer hubo actividad en el coqueto Frontón Toki Alai de Huarte que acogió una nueva jornada más de su tradicional Torneo del 4 y Medio, que cumple ya su vigesimoctava edición en la competencia masculina y la quinta en la pugna femenina.
El programa comenzó precisamente con un enfrentamiento de esta última categoría, con Laia Salsamendi Silva (CP Huarte) en el “rincón” azul y la oñatiarra del Club Aloñamendi, Uxue Osés Egaña, defendiendo el gallardete colorado.
El partido estuvo marcado por el parcial de 12 a 0 que logró la pelotari cebollera en los primeros compases del mismo, donde la guipuzcoana estuvo siempre a merced de la jugadora local.
Para colmo de males, Osés comenzó a tener problemas de manos y, aunque no perdió la cara al partido, no pudo evitar que Salsamendi se llevara el con claridad por 22 a 9.
Tras este primer plato, llegaron los partidos masculinos, con el primero de ellos enfrentando a Unai Astiz Olaskoaga (Larraun) y a Javier Oscoz Zaldain (Oberena).
Comenzó mucho mejor este último, apoyado en un vistoso juego de “saque – remate” que le llevó a coger una distancia considerable que se fue, primero, hasta el 6 a 1 y después al 9 a 2. Pero Astiz recuperó sensaciones y, con una tacada de seis tantos. logró colocarse tan solo a uno (8/9).
A partir de aquí llegó un tramo más igualado, pero con cierta ventaja para el oberenista, que lograba encadenar tacadas de dos y tres tantos, mientras que Unai Astiz tan sólo sumaba de uno en uno. Esto acabó por “desquiciar” al pelotari del Larraun que finalizó por “entregar la cuchara” por 22 a 13.
La velada en Huarte concluyó con el duelo entre el zaguero de Zugarralde Aitor Alduntzin Iriarte y uno de los favoritos para el triunfo final, el delantero del CP Huarte, Iker Espinal Aldaregia.
Tras el primer tanto del Alduntzin, el reciente Campeón del Mundo de Frontball en el Mundial de Biarritz, cogió la manija del choque y se fue hasta el tres a uno con lo que, quien más quien menos, intuía que Espinal no iba a tener mayor problema en avanzar el cuadro.
Nada más lejos de la realidad, porque el de Zugarralde salió “respondón” y llevó el partido a un “toma y daca” en el que las pequeñas ventajas se alternaban con las igualadas en el tanteador.
Así se llegó hasta el empate a ocho, momento de inflexión en el partido, pues Espinal encadenó tres tantos seguidos y, tras uno de Aitor, otros cuatro para colocar el 15 a 9 en el luminoso, circunstancia que fue definitiva en el devenir del partido. El cebollero se deshizo de esa incomodidad del inicio y empezó a dibujar remates de toda índole que llevaron por la calle de la amargura a un Alduntzin, algo más castigado físicamente que su rival, y que acabó sucumbiendo por 22 a 12.
Ya falta poco para dilucidar el nuevo campeón, en los próximos días se disputarán las semifinales, que darán paso a la jornada definitiva.