Decidir una carrera de 438 kilómetros de longitud a pie y en parapente en la foto finish es algo que no había sucedido nunca. Hasta que ayer sábado  Iñigo Gabiria e Iván Colás se jugaron el título de la primera transpirenaica X-Pyr a un sprint cerrado de… ¡Cincuenta kilómetros!

Cuatro pilotos se enfrentaban a la séptima etapa con aspiraciones de alzarse con la victoria final. Todos sabían que la brisa marina iba a imponerse en esa última parte, mermando las posibilidades de volar aprovechando las corrientes térmicas, por lo que las opciones pasaban por acercarse volando lo más posible a la costa y así afrontar un recorrido a pie lo más corto posible. Y todos llegaron a una posición similar, pero en diferentes condiciones.

El rumano Alex Ciuhandu vuela bien, pero está muy mermado físicamente, sus pies están muy mal, lo que le resta casi todas las posibilidades. El eslovaco Jakub Beño es un rival muy duro para este último tramo: excelente piloto, muy fuerte físicamente, pero la suerte no estuvo con él. Cerca del aterrizaje una zona muy turbulenta le obligó a lanzar su paracaídas de reserva y tomar tierra en una franja arbolada. Ha sido el susto de la competición, pero se saldó sin consecuencias físicas para el bravo piloto de Banská Bystrica.

Cosa de dos

Ivás Colás e Iñigo Gabiria recogieron sus parapentes a toda prisa. Están a más de 50 kilómetros de la meta y ya llevan nueve horas de competición a sus espaldas en esta etapa; pero ambos se colocan sus pesadas mochilas  dispuestos a darlo todo.

Iván lleva ventaja, pero la persecución del vizcaíno es implacable. Desde sus ordenadores cientos de aficionados siguen la carrera – ahora a pie – gracias a los localizadores que ambos pilotos portan y que ofrece sus posiciones a cada momento.

Y casi desde el comienzo se puede comprobar que ambos atletas “vuelan”, registrándose continuamente velocidades superiores a los diez kilómetros por hora. Los dos caminaban al borde de la extenuación, pero, para dar una vuelta más de tuerca a la dureza de la jornada; una tremenda tormenta con abundante aparato eléctrico descarga sobre ellos cerca de Figueres.

Sin embargo no se arredran y continúan avanzando. A su paso por esta localidad Gabiria va dando caza a Colás lenta pero inexorablemente, apenas le separaban 500 metros pero queda muy poco. Muy poco… pero lo más emocionante.

Tras 16 horas y media de carrera con un equipo de vuelo a la espalda y los últimos 50 kilómetros corriendo cargados como mulas, llegan al último kilómetro ya entrada la  noche; la diferencia es de menos de 200 metros, pero el de Elorrio parece más entero. ¿Cuál será el desenlace?

Tras casi 120 horas de carrera disputada en un medio tan hostil como es el Pirineo fue necesario recurrir a los tracks registrados en los GPSs de ambos pilotos para decidir el vencedor de la prueba. Varias horas de espera que los aficionados soportaron estoicamente delante del ordenador. Finalmente el equipo formado por Iñigo Gabiria y su asistente Iñigo Mendivil fue el vencedor por 1’02”. Absolutamente épico.

Jornada final  

El reglamento preveía una carrera de doce días como máximo, pero ante la posibilidad de que – como ha sido el caso – un piloto completara el recorrido antes, la carrera se cerraría 24 horas después de la llegada del primer piloto. Así a las 9:30 de la mañana de la octava etapa Jakub Beño firmaba una excelente tercera posición y a lo largo del día el resto de equipos firmaban su particular tarjeta.