Antes de comenzar la prueba en Hondarribia el piloto rumano Alex Ciuhandu ya tenía muy claras sus intenciones y lo manifestaba sin complejos: “yo he venido a ganar”. Así, directo y categórico; avalado además por tener en su palmarés victorias en varias mangas del mundial de parapente. El de Oradea, ratificó sus palabras dejando pasmados a propios y extraños tras su magnífica tercera etapa, pero en la cuarta; el golpe de efecto de Jakub Beño sembraba dudas entre los seguidores de la X-Pyr 2012.
Mientras el eslovaco rubricaba un vuelo excepcional de 120 kilómetros, el carpatiano “pinchaba” mucho antes, en la zona de Bielsa. Asimismo, el trío formado por Colás, Gabiria y Martín aparentaban seguir bien la estela de Jakub, que se postulaba como claro aspirante a la victoria en Port de la Selva.
Llegó la quinta etapa y parecía que Jakub seguía controlando la situación con maestría. Todos los pilotos de cabeza invirtieron las primeras horas de la jornada en ascender hasta una montaña cuyo despegue les ofreciera garantías de progresión.
Jakub es el más adelantado y se lo toma con calma. Pasa por el Pont de Suert y asciende mucho, hasta garantizar un buen despegue. Colás hace lo propio en la zona de Peña Montañesa y bastante después le siguen “Godo” y Gabiria.
La peor parte de esa noche se la llevó el argentino Claudio Heidel que tuvo que vivaquear cerca de la cima del Collarada. Durante buena parte de la mañana su asistente se empleó a fondo para acceder a su posición y ofrecerle algo reconfortante.
Pero los pilotos de esta prueba son gente de otra pasta y pese a todo Heidel llegará a firmar su mejor etapa.
Condiciones duras
El viento en altura obligaba a todos los pilotos a mantenerse esperando en sus despegues, hasta que Jakub toma la decisión de levantar el vuelo. Firma una “volada” muy meritoria, pero en el área de Sort se ve envuelto en una zona especialmente turbulenta que le obligará a aterrizar a 2.400 metros de altura.
Y ahí estaba Alex Ciuhandu, retrasado en el valle de Boltaña, en un cerro que no llegaba a los mil metros de altura y dispuesto a despegar donde el día anterior cayeron muchos pilotos. Todo indica que que no lo va a conseguir, peleando cada metro, con continuas “subidas y bajadas”, hasta que logra remontar y se lanza hacia las posiciones de Peña Montañesa donde esperan en el despegue, sin atreverse a volar Colás en una situación más elevada y “Godo” y Gabiria en otra zona cercana.
Iván Colás despega y se reedita el mano a mano de cada día, en el que nunca falta el navarro. La baraja se rompe cuando, tras conseguir la cuarta baliza en Cotiella, Iván interpreta que la situación en vuelo es demasiado peligrosa y se retira hacia el norte, a la zona de Castejón de Sos, donde los pilotos españoles juegan como en casa.
Y el rumano, “erre que erre”, emulando a cierto conejito televisivo: sigue… y sigue… y sigue…
El hombre del vivac
Cerca de la cumbre del Collarada Claudio Heidel pasó una noche al raso que no va a olvidar fácilmente. Es el piloto más atrasado del grupo de cabeza, pero no va a dar su brazo a torcer con facilidad. Aprovecha las duras condiciones y se eleva, avanzando con fuerza para atravesar la zona de Bielsa, Broto y Boltaña, que tantos problemas ofreció en la cuarta etapa. Se acerca al despegue de Peña Montañesa y se lleva con él a Gabiria y “Godo”, que no pueden esperar más y se elevan también. Suman de igual forma la baliza de Cotiella y arriban a Castejón de Sos.
Al principio de la etapa se encontraban por detrás de Iván Colás, pero a la postre llegaron a su misma posición con la ventaja de haber aterrizado en la zona alta, perfecta para despegar esfuerzo en la jornada de mañana. Beneficio bastante significativo y que puede ser determinante en la sexta etapa.
Sin duda, el Argentino Heidel es el héroe de la cuadrilla pues consiguió volver a incorporarse al grupo perseguidor sobreponiéndose a una noche muy larga.
Entretanto, Alex Cihuandu seguía en vuelo.
Alex “el extraterrestre”
El rumano avanza a un ritmo infernal. Ya nadie le persigue y ha seguido volando cuando el resto no lo ha hecho. Con alturas máximas por encima de los 3.500 metros alcanza la posición de Jakub, que baja andando por las fuertes condiciones en el despegue. Y continúa volando…
Transita por Sort, se apunta la quinta baliza en el Pic L’Orri; y permanece navegando…
Son las 19:30 y mantiene puntualmente alturas sobre los 3.000 metros. Va a sumar más de 150 kilómetros en línea recta con lo que se va a posicionar a solamente 100 del “Mare Nostrum”. A las 20:00 aterriza en la estación de esquí de la Molina, satisfecho; tras haber asestado a la prueba un golpe que puede ser definitivo.
Auténtica lección de vuelo en condiciones extremas, demostrando que en una competición tan exigente como la X-Pyr, todo está, si se permite el juego de palabras, siempre en el aire.
Una exhibición difícilmente superable, pero cabe recordar que eso mismo comentamos tras la cuarta jornada.
Esta primera edición de la X-Pyr está rebasando absolutamente todas las expectativas, tanto en el capítulo deportivo como en el propio espectáculo que están disfrutando “on line” los aficionados.