Entre el 3 y el 6 de enero, Valladolid acogió los Campeonatos de España de Baloncesto de Selecciones Autonómicas Cadetes en el que Navarra estuvo representada por “la generación del 99” y que llevó a cabo un magnífico trabajo traducido en la permanencia de la escuadra femenina en Categoría Especial y el ascenso a esta misma división del conjunto masculino.
Subcampeonato en Categoría Preferente y ascenso a Categoría Especial para los chicos.
La Selección Masculina, comandada por Borja Garayoa y Fernando Santesteban completó una primera fase con pleno de victorias, comenzando por la obtenida en la jornada inaugural del campeonato ante el combinado riojano por 71 a 43 en un partido en que el que los nuestros dominaron de “cabo a rabo”. Del mismo modo que lo hicieron en el segundo encuentro, donde pasaron por encima (86 – 15), de la “cenicienta” del grupo, la endeble selección ceutí.
Tras estas dos “cómodas”• confrontaciones, el tercer partido fue “otro cantar”, pues nos tocaba “lidiar con el morlaco más bravo” del grupo, la potente escuadra maña, cuajada de jugadores de una grandísima calidad y dirigida por el ayudante del Basket Club Navarra, Santi Pérez. Este complicado duelo, suponía el ser o no ser de los navarros en el campeonato y, después de un magnifico partido, igualado e intenso, unido a una increíble defensa en los minutos finales, dio la victoria a Navarra por 65 a 62.
Tan “solo” quedaba en el camino Extremadura, selección que planteó un partido “de trincheras” duro y en momentos incluso bronco. Pero los “verdes” no contaban con que la “Generación del 99” sabe moverse en este tipo de partidos con una maestría que no parece propia de jugadores de 15 años y poco a poco los navarros fueron despegándose en el marcador hasta alcanzar el 59 a 43 con el que se llegó al término de los 40 minutos de juego y de la Primera Fase de Grupos, con la escuadra foral en la primera plaza.
“Todo o nada”
La semifinal de ascenso, con Asturias como contrincante, era jugársela a una carta, con un ascenso histórico a categoría especial en el horizonte y ante un bloque conjuntado y correoso, como era el del Principado.
Pero los navarros no iban a dejar pasar esta oportunidad y “pasito a pasito” fueron haciéndose con las riendas del juego y abriendo brecha en el marcador hasta llegar al 59 a 43 que daba la victoria a los nuestros y, en consecuencia, el merecido ascenso a la máxima categoría nacional.
Esta enorme felicidad por el hito logrado, se vio empañada por el excesivo y doloroso peaje que se tuvo que pagar, con las lesiones de Javier Trifol y Miguel Arbizu, dos de los puntales en el juego exterior del equipo, que se echarían mucho de menos en la final.
Precisamente este último partido nos enfrentó de nuevo a Aragón, que se había deshecho del primer clasificado del otro grupo. Un combinado aragonés, con la “comezón” todavía fresca de la derrota de la primera fase y que puso toda la carne en el asador para doblegar a la Selección Navarra; punto que solamente pudo obtener en el último suspiro con un asombroso triple desde el medio del campo de Carlos Alocen, perla de la cantera aragonesa y jugador de la selección española.
Pese a la derrota, “los chicos del 99” cerraron su ciclo de selecciones como querían, “regalando” un ascenso a la próxima generación y cerrando cuatro años de magnificas actuaciones en estos campeonatos.
En la clasificación final la selección cadete masculina termino 2ª de la categoría preferente, 12ª del global.
Sufrida permanencia en Categoría Femenina.
La selección femenina dirigida por Rubén Lorente y Raúl Pérez, participaba tras el ascenso del año anterior en la categoría especial, una verdadera “jungla” plagada de grandes selecciones, donde las navarras deberían pelear duro para poder mantenerse con “vida”.
La primera jornada, por lo tanto, se antojaba fundamental. Las navarras, conocedoras de la importancia de este inicial encuentro, lo habían preparado a conciencia. Enfrente, se presentaba en el mítico Pabellón Pisuerga, el País Vasco, medalla de plata en la edición anterior.
El partido fue igualado hasta el último cuarto, donde una de las defensas preparadas por la dupla de entrenadores navarros para la ocasión, secó a las vascas que no supieron reaccionar; cerrándose el choque con una diferencia de 17 puntos a favor de las forales, distancia que posteriormente sería fundamental para el devenir de las navarras en este campeonato.
En el siguiente partido una impresionante Cataluña, tercera a la postre en el torneo, pronto puso tierra de por medio dejando sin opciones a nuestro combinado y venciendo por 81 a 48.
En la siguiente jornada del domingo 4 de enero “tocaba” Andalucía, el gigante en número de licencias del baloncesto español (83000 frente a nuestras 6000) tuvo que “sudar tinta china” para doblegar a las navarras quienes se mantuvieron dentro del partido durante los 40 minutos exponiendo que no estaban en Valladolid para hacer turismo entre las “grandes”.
Y esa misma tarde se disputó el cuarto partido, que puso a las nuestras frente a las valencianas, quienes llegaban a este “match” sin conocer la victoria y necesitada imperiosamente de ésta. Navarra plantó cara, pero pagaron el esfuerzo de la mañana y la “gasolina se agotó” cerca del descanso. Punto a punto las valencianas se fueron despegando y, aunque la diferencia en el marcador no era exagerada, las piernas no dejaron margen de reacción a las rojas que cayeron por 37 a 49.
El “basket-average”, aleja la semifinal de descenso.
El último partido del grupo entre País Vasco y Valencia resolvería el destino del mismo. En caso de victoria vasca se produciría un triple empate a una victoria entre estas dos selecciones y el combinado foral, por lo que el triunfo de la escuadra euskaldun debía oscilar entre los 8 y los 22 puntos, para que aquellos 17 puntos de ventaja en el primer encuentro frente al equipo vecino acabara con Navarra en tercera plaza; evitando así la semifinal de descenso.
Y así fue, los 19 puntos de ventaja con que Euskadi “finiquitó” a las valencianas, clasificaron a la Selección Navarra, otras veces apeada de los puestos nobles en estos triples empates y le hicieron luchar por un inédito quinto puesto en esta categoría cadete femenino.
Este duelo por el 5º y 6º puesto frente a Galicia fue un choque igualado, que se mantuvo vivo a base de pundonor, pues la escuadra gallega derrochaba talento y la navarra ganas de pelear. La lucha bajo tableros para anular a Paula Valiño, estrella de esta selección, fue de las de recordar, con las pívots navarras creciéndose en cada defensa de la poderosa “center” de la Selección Española.
Llegando ya al final, Galicia consiguió despegarse en el marcador, lo que no fue óbice para que nuestras chicas peleasen hasta la última defensa y cerrasen también su ciclo de selecciones como lo empezaron en Cádiz hace 4 años, luchando y dejando muestra del carácter que tiene esta generación a la que sólo queda agradecer su ética de trabajo durante estos años en los que se ha disfrutado tanto en los entrenamientos de Larrabide, como en las citas de los Campeonatos de España.
En la clasificación final la selección cadete femenina obtuvo finalmente un sexto puesto histórico, igualando la mejor clasificación obtenida por un combinado navarro cadete femenino.