El pasado 6 de octubre, se celebró en aguas del cantábrico el Open Reyno de Navarra de pesca submarina en el que tomaron parte un total de 50 participantes agrupados en 17 equipos, llegados de varias provincias como Vizcaya, Guipúzcoa, Navarra, Cantabria, Asturias o La Rioja.
Los equipos están formados, en la mayoría de los casos por tres competidores (el mínimo es de 2), de los cuales uno de ellos permanece en la embarcación, mientras los dos restantes están en el agua pescando.
Para los equipos que no disponen de ésta, la Federación Navarra proporcionó una con capacidad para 12 competidores. Esto, al no depender de poseer una barca, como muchos aficionados navarros o riojanos; permite abrir mucho el abanico de participantes, lo cual hace la competición muy popular.
Otra de las peculiaridades de esta competición, es que los participantes no tienen por qué ser de la misma federación ni del mismo club, como ocurre en otros. De esta manera las escuadras que toman parte son, varias de ellas grupos de amigos, que en muchos casos, sólo pueden competir juntos en este campeonato.
Éste se disputa “por especies”, con unas normas bastante restrictivas, ya que sólo se pueden cobrar dos piezas por variedad; evitando de esta manera las “matanzas” de peces que se ocasionan en otros campeonatos y dejando así contentos a los buceadores. Una vez finalizado el torneo, todas las capturas se llevan al Asilo de Hondarribia, donde las esperan “con los brazos abiertos”.
Crónica del Campeonato:
Pequeños contratiempos hicieron que el torneo comenzara media hora más tarde de lo previsto, ya que la barca donde iba la organización estaba en rodaje y no podía ir a toda máquina; con lo que el viaje hasta la Punta Biosnar, donde se daba la salida neutralizada, se retrasara.
La mar estaba en calma y la imagen de la salida donde todas las embarcaciones van a toda máquina y cada una, en una dirección es muy atractiva.
Gran día de pesca el que pudieron disfrutar todos los participantes, en el que sólo “desentonaron” levemente alguna que otra anécdota por la pérdida de la varilla del fusil, de ciertos “quítame allá esas pajas” por no mantener la distancia entre los equipos... pero todo ello, como hemos dicho, anecdótico.
Donde sí hubo que “ponerse duro” fue en la entrega de las piezas para el pesaje, donde hubo varios sancionados, todos por entregar el pescado tarde. El castigo fue de mil puntos por minuto, la mayoría de ellos por despiste y alguno que otro, por arriesgar e irse en el último momento a la zona más alejada, y no volver a tiempo.
En el aspecto competitivo, el “equipo 4” compuesto por los vizcaínos Jon Mikel Vicandi, Lander Aurrekoetxea y Asier Solis Anasagasti, fueron los vencedores obteniendo una puntuación de 22.540 puntos y eso que también fueron sancionados con 4.000 por entregar el pescado con cuatro minutos de retraso. Además uno de los miembros de esta tripleta, Lander Aurrekoetxea, fue distinguido con el premio a la “pieza mayor” tras cobrar un “listado” de 2.930 gr. Por lo que respecta a los nuestros, los primeros, el equipo formado por Iñigo Barea, René Collado y Álex Collado, finalizaron en sexta posición.
Después del pesaje y de llevar el pescado a la residencia de ancianos, tuvo lugar la “comida de hermandad”, tras la cual se entregaron los premios que, como siempre, tienen forma de jamones y demás embutidos, que ya se han hecho famosos entre los pescadores del cantábrico.
En el archivo adjunto, puedes ver las clasificaciones de los equipos.