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17/03/2021

Crónica de la Novena Jornada del Campeonato de España de Clubes de División de Honor

Esperanza y desencanto en el Labrit

Como apuntábamos en la previa de la jornada, el festival programado el domingo en el Frontón Labrit tenía todos los aditamentos para convertirse en una velada apasionante de pelota, en la que el drama de la pérdida de categoría se juntaba con la expectativa de la clasificación.

Esto lo pudimos contemplar nada más comenzar el festival en la competencia de herramienta en la que el triunfo de los unos iba a suponer la zozobra de los otros. Así es. San Juan se aferraba al clavo ardiendo de vencer en todos los choques que les quedaban hasta la finalización del torneo y esperar que Amaya cayera en todos sus compromisos para mantener la categoría; por lo que el duelo inicial de Paleta Cuero era la primera piedra sobre la que edificar tamaña ilusión.

Pero en esta ecuación la otra incógnita era el Club Tenis Pamplona que, sin opciones de alcanzar el pase en Pala Corta, pusieron todos los huevos de la clasificación en la cesta de la bola de cuero, como demuestra la inclusión de Alfonso Echavarren como pareja de Carlos Beunza.

En principio el Tenis Pamplona, actual subcampeón de la modalidad, tenía clara la táctica: aprovechar el saque de Echavarren y huir como de un nublado de la derecha de Cabodevilla, habida cuenta de la garantía que es tener (además) en los cuadros traseros un zaguero como Íñigo Nicuesa.

San Juan se puso por delante dos a uno pero, a partir de aquí la superioridad del Tenis Pamplona se hizo patente sobre el coso pamplonica con un parcial de 11 a 0 que dejó el juego visto para sentencia. Un tanto más del San Juan y tres del Tenis colocaron el 15 a 3 con el que finalizó este primer asalto.

Pero el San Juan, lejos de desmoralizarse por este primer mazazo, mejoró sus prestaciones en el segundo juego, en el que fue por delante en el primer tercio del mismo (5/3). Beunza y Echavarren reaccionaron y lograron una tacada para ponerse por delante (8/5 y 9/7); pero aquí emergió de nuevo la dupla del Barrio de San Juan que tiró de amor propio y dio un vuelco al luminoso con cuatro tantos seguidos para adelantarse 11 a 9, intentando sembrar las dudas en sus rivales. Éstos reaccionaron también con fuerza para estirar el marcador hasta el 13 a 11 que parecía que iba a ser definitivo. Pero dos tantos del San Juan pusieron de nuevo las tablas en el resultado colocando un imprevisible 13 a 13 que convirtió el juego en un “minipartido” a dos tantos. Y en este sprint final Beunza y Echavarren llegaron más frescos, se apuntaron esos dos tantos instalando el 15 a 13 en el tanteador, dejando la esperanza para unos y el desencanto en los otros.

Con el trabajo finiquitado en Paleta cuero, llegó el turno de la Pala Corta, donde la mayor experiencia de los palistas del San Juan, Laborda y Muruzabal, se iban a enfrentar a la juventud del dueto del Tenis Pamplona, sobre todo la de su delantero, Javier Ubanell, hijo del fenomenal pelotari del mismo nombre que fue medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.

Los análisis “prepartido” señalaban que la veteranía y la derecha de Muruzabal era una de las premisas que podía decantar el choque, pero este diagnóstico saltó por los aires en el primer juego, donde el zaguero del Tenis Pamplona, Mikel Elizalde, cambió su pala por la batuta de Herbert Von Karajan, para jugar, arrimar, dominar y dirigir el punto a su capricho, mientras que Ubanell hacía el resto, entrando cuando lo había que hacer y rematando con precisión. Así las cosas el primer parcial cayó del lado del Tenis por 15 a 6, presagiando un partido corto, viendo la superioridad de la pareja colorada.

Pero ya hemos visto que eso de “entregar la cuchara” no está en el ADN de los jugadores del San Juan. Laborda y Muruzabal se pusieron a la faena y en el segundo juego fueron superiores a los “palacortistas” del Tenis Pamplona, mucho más fallones que en el primer acto y donde el escaso acierto de Elizalde con su saque, fue clave ya que permitió a los pelotaris del San Juan dominar el juego y el tanteador, que cayó de su lado por 9 a 15.

Y la tónica no cambió en el juego de desempate, en el que la trayectoria ascendente del juego de “Muru” contrastaba abiertamente con el declive en las prestaciones de Elizalde. Para colmo de males, Ubanell comenzó a fallar más de la cuenta, con lo que el tercer punto también cayó del lado azul por 10 a 7, dando al San Juan su segunda victoria en el torneo, una de las razones por las que el año que viene (salvo renuncia o similar), jugarán en Primera División.

Partido (casi) perfecto

Como siempre, los encuentros de mano pondrían la guinda al pastel pelotazale de la matinal del domingo en el Labrit. En esa ocasión con duelo navarro – riojano, con Oberena defendiendo el honor local y Najerino portando la enseña de La Rioja.

En el partido de mano individual (sin nada más que la honrilla de por medio), el zaguero de Oberena Pablo Cordón se medía a Óscar Lerena al que la cátedra daba como favorito por su mayor experiencia en la modalidad. Esta misma cátedra apuntaba que el riojano, apoyado en pelotas con algo más de “brillo”, debía aprovechar el saque, para luego rematar y terminar el tanto.

Pero Pablo Cordón no estaba dispuesto a ser partícipe de este examen y, tras ganar el sorteo, comenzó a acertar con el disparo inicial y poner el juego “patas arriba” alcanzando diferencias considerables (6/0 y 8/3), que ponían muy cuesta arriba la reacción del pelotari “lechuguero”.

Pero entonces se produjo la desconexión de Pablo, que comenzó a entregar un saque tras otro para regocijo de un Oscar Lerena que, sin hacer grandes esfuerzos, se fue directamente al cartón 10. Llevándose la victoria en un juego que se le había puesto más complicado que tejer un jersey a un pulpo.

En el segundo juego la cosa cambió poco pues, aunque Cordón no cometió tantos errores como en el anterior punto, Lerena templó su juego y pudo aprovechar para tirar de repertorio y finiquitar el tanto con solvencia para llevarse el triunfo por 10 a 2.

Así se llegó al último acto de la función en el teatro del Labrit y que iba a medir por un lado a los pelotaris de Oberena, Oian Canabal y Iosu Irurita, con el cinto azul; frente a los deportistas del Najerino, Adrián Prado y David Merino, adornados con la tela colorada.

El partido venía marcado por el “Síndrome de Los Inmortales”, pues el lema de aquella película protagonizada por Christopher Lambert y Sean Connery, (“Sólo puede quedar uno”), venía como anillo al dedo para definir lo que podría ocurrir: Efectivamente, quien venciera tendría muchas papeletas para luchar por el título y quien perdiera, debería quedarse con los boletos restantes por si la suerte le fuera propicia.

Las cosas desde fuera estaban muy claras y la victoria caería del lado de la pareja que menos errores cometiera. Para el Najerino la táctica era clara: dominar con la pegada de Merino II para que Prado terminara el tanto. Pero delante no se lo iban a poner fácil, pues en la zaga se iban a encontrar con la potencia de Iosu Irurita y adelante con la seguridad de Oian Canabal que defiende el tanto domo si le fuera la vida en ello.

El resultado de todo esto fue un partido durísimo, con tantos largos, peloteados e intensos que hicieron las delicias del público que se congregó en el templo pamplonés.

Quizás Merino no fue el dominador de otras jornadas y quizás Prado no fue el rematador certero de otros choques, pero es que delante tuvieron a una pareja que prácticamente “bordó” el partido, sin apenas fisuras como demuestra el hecho que Canabal cometió un solo fallo e Irurita (inconmensurable sobre la cancha) dos, uno en cada juego.

Pero no sólo en la defensa se basó la victoria oberenista. Los navarros lograron directamente 15 de los 20 tantos en juego, con un Canabal espectacular en este arte sumando una docena de tantos, la mitad de ellos de gancho.

Pero no piensen ustedes que el acierto de Oberena fue consecuencia del descalabro de los riojanos. Nada más lejos de la realidad pues, aunque estuvieron lejos de su mejor versión, David Merino y Adrián Prado, quienes se dejaron el alma en la cancha, tan sólo entregaron cinco pelotas... la diferencia estuvo en que con pocos errores en ambas parejas, el dueto de Oberena acertó más.

En los demás partidos del fin de semana ocurrió de todo y dejó una última jornada interesantísima, plena de emoción y todavía con mucha tela que cortar pero, como sentenciaba el bigotudo camarero de la película “Irma La Dulce”… “esa es otra historia…

En los documentos adjuntos puedes consultar los resultados y clasificaciones de División de Honor y Primera Division.