Desde su atalaya noaindarra, Roberto Armendáriz afronta esta situación motivada por el corona virus, con la certeza de que pasará y hay que estar preparado para cuando esto ocurra.

Entrevista a Roberto Armendáriz

De una día para otro, habréis tenido que cambiar los establos y el campo por el comedor de casa, ¿de qué manera ha afectado esto a vuestra actividad?

Ha sido algo que nos ha sorprendido a todos, nos ha hecho parar radicalmente nuestra rutina diaria. Hay que intentar darle la vuelta y plantearlo diferente, buscando salidas y ahora es un buen momento para pensar y meditar cómo puede ser esto de aquí en adelante y sobre todo y más importante mantener la calma.

Con estas restricciones de movimiento ¿Cómo reciben la atención que necesitan? ¿Os ocupáis vosotros de todos?

En ese sentido está todo más o menos parecido. Están los mozos de cuadra que trabajan todo el año, que son los que se ocupan de limpiar las cuadras y de la alimentación. Y luego estoy yo para todo el tema del entrenamiento y de mantenerlos en forma y también de ir al campo a ver las yeguas para subirles el agua y revisar que todo esté bien, ya que ahora están muchas a apunto de parir.

¿Has tenido algún problema a la hora de acudir a tu trabajo?

En general no, pero sí que uno de los días los municipales de Noain, se acercaron y nos pararon al mozo de cuadra y a mí a la entrada de la finca, pero explicando que íbamos a trabajar no hubo ningún problema.

¿Qué cuidados mínimos les dais?

Los cuidados son exactamente los mismos que tenían antes de esta situación. Limpieza de cuadras, alimentación, entrenamiento físico diario y su limpieza e higiene personal.

¿Cómo es un día ahora en tu propiedad?

Lo único que ha cambiado en mí día a día es que los alumnos no vienen a montar, y estamos solos sin ver a nadie. Todos los días temprano comenzamos con los potros nuevos, que son los que más dedicación necesitan, porque están empezando y que igual son los que más pueden extrañar todo y después empezamos a trabajar los caballos de doma y a la tarde los caballos de torear.

¿Crees que el caballo se da cuenta de lo extraño de estos días?

Sí, por supuesto que el caballo se da cuenta. Además aquí hay caballos de clientes que llevan sin verlos desde que comenzó todo; el caballo acaba creando un vínculo muy grande con su jinete y, evidentemente, se echan de menos. Está claro que los caballos, sobre todo los de los clientes sí que lo notan, están más tristones, porque los demás a nosotros nos siguen viendo todos los días.

En tu vertiente de deportista y torero, aunque en condiciones más limitadas, ¿continúas con tu planificación deportiva?

Yo sigo intentando mantener mis objetivos y mi ilusión y por supuesto que ahora no podemos tener un entrenamiento específico como teníamos antes, sobre todo porque no te puedes preparar para una fecha en concreto. Estamos un poco en el aire, no sabemos cuándo van a empezar las corridas de toros, los concursos, entonces es un poco complicado hacer un planteamiento claro. Hay que llevar esto de la mejor manera posible para que el caballo tenga un entrenamiento positivo y progresivo, para que cuando esto se solucione puedan estar preparados para ejecutar tanto los toreros su arte, como los deportistas su doma clásica. La mejor manera, creo, es imaginarse la fecha y ponerse metas y objetivos tanto en la doma como en la preparación e ir cumpliéndolos.

¿Qué tipos de ejercicios puedes hacer en casa?

Hay muchas opciones, con un balón medicinal se puede entrenar el equilibrio, fortalecer el abdomen para conseguir un buen asiento en el caballo. Y después, además de la preparación física, aconsejaría a todos los alumnos y deportistas, leer, tanto de equitación como del resto, aprovechar estos momentos para cultivar un poco los conocimientos.

¿En algún momento has sentido enfado, frustración o desconcierto?

En muchos momentos. Te sientes bloqueado, frustrado, triste, e incluso enfadado. Lo más duro es no tener una fecha clara de saber cuándo va a volver la normalidad. Aunque fastidie estar parado o trabajando diferente, pero sabiendo que se va a solucionar, al final la cabeza da muchas vueltas y hay momentos en los que te hace sentir muy mal.

¿Sueles grabarte entrenando? ¿Te ayuda a mantener la rutina, motivarte o motivar al resto de compañeros?

Procuro hacer pequeños videos todos los días, aunque ya antes también lo hacía y así es una buena forma de poder ver desde otra perspectiva lo que trabajo. Me sirve muchas veces para corregir detalles, para ver cosas que a veces se sienten diferente desde arriba y ahora en este periodo de confinamiento sirve también para tener a la gente entretenida y hacer el día más ameno a los que están en casa y, sobre todo, a la gente aficionada al mundo del caballo para que vean que seguimos trabajando y luchando para que cuando vuelvan todos aquí se den cuenta que sigue todo igual y así disfruten y vean que sus caballos están en forma y que el comienzo no sea duro.

¿A qué festejos, de momento, no vas a poder acudir próximamente?

Son muchos los festejos a los que no he podido acudir y lo peor de todo es que no sabemos si vamos a poder ir a alguno o no. La incertidumbre por lo que pueda pasar es lo que peor se lleva.

¿Qué mensaje lanzarías desde aquí al resto de compañeros y deportistas?

Desde aquí a mis compañeros mandarles ánimo y que sean fuertes, que tanto como ellos me ven yo les veo a ellos como siguen entrenando y esforzándose cada día para intentar mantener esa ilusión intacta y esas ganas de luchar contra esto. Nos volveremos a ver en el ruedo, o en las pistas y que por supuesto antes de competir nos daremos un fuerte abrazo.

A nivel más personal, ¿Cómo estáis viviendo esta situación en casa?

Es una situación muy extraña, de un día para otro ves que no puedes hacer nada. Yo vivo con mi madre y ella cuidaba de una hermana mayor y ahora no puede ir a verla por la situación y porque es de riesgo, por lo tanto es raro y muy triste, son muchas horas muertas. Echas mucho de menos a la gente cercana, familiares que están enfermos y que solo se puede hablar con ellos por teléfono y saber cómo están a través de la gente que les cuidan.

¿Qué es lo que más echáis de menos?

Ver a un amigo, quedar para comer, para habar con gente, un abrazo, disfrutar de una simple partida de cartas. Algo sencillo como eso, y que ahora es lo que se puede sacar en positivo, que cualquier cosa sencilla, ahora se ha vuelto muy grande, que un pequeño detalle ahora significa mucho, en cambio, antes, con la vida que llevábamos no nos dábamos cuenta, ni lo valorábamos.

¿Cuál es tu opinión acerca de todo lo que está pasando en el mundo con esta enfermedad?

No me atrevo a darte una opinión como tal. Es una situación rara, cuando empecé a escuchar lo que estaba pasando en China, me parecía imposible que esto pudiese derivar en semejante crisis a nivel mundial. La verdad que no sé tampoco como describirlo porque me ha desbordado. De lo que si te puedo dar la opinión es del importantísimo trabajo que están realizando todo el personal sanitario y todas las fuerzas de seguridad, que es digno de admirar.

¿Ves una salida cercana?

Sinceramente no veo una salida cercana, porque pienso que si es algo tan contagioso es muy difícil controlar y más hasta que no haya una vacuna. Pienso que es muy difícil tomar la decisión de volver a la normalidad, y como te digo es algo que me supera.

¿Nos cambiará la forma de ver la vida después de esta situación?

Yo creo que si, como he dicho antes los pequeños detalles, cosas nimias que antes no nos parábamos a pensar y no le dábamos importancia porque teníamos la libertad de hacer todo en cualquier momento. Ahora un simple almuerzo, un abrazo, un café, son cosas muy grandes y cuando esto acabe seremos más conscientes y valoraremos más todo.

¿Qué es lo primero que vas a hacer cuando se levanten todas las restricciones y hallamos vencido al virus?

Lo primero será ver a familiares, y una comida con amigos para poder hablar, contarnos cosas, reírnos, e intentar olvidar los momentos tan duros que hemos pasado y disfrutar de la compañía que en este tiempo no hemos podido.